Quizás sea porque fue la primera victoria o por todos los comentarios y teorías que envuelven a la participación en Londres, pero lo que podemos asegurar es que la representación española del año 1968 es la que más comentarios y críticas ha levantado por parte de medios nacionales como internacionales.
La elección de Serrat
Tras los malos resultados obtenidos los años anteriores, el gobierno franquista pidió a TVE que se eligiera a un joven cantante masculino con buena voz, carisma y con una canción sencilla de estribillo pegadizo. Por ello, TVE eligió de forma interna la candidatura La, la, la, presentada por el Dúo Dinámico. Una vez escogida la canción se decidió que sería Joan Manuel Serrat el que interpretaría el tema.
Desde 1967, Serrat estaba representado por Lasso de la Vega, uno de los mejores managers del momento, quién convenció al artista para cantar también en castellano, pues aunque ya había grabado temas en castellano, en torno a esta fecha comenzó a cantar en catalán. Este convencimiento vino unido por la propuesta de TVE de ser el representante en el Festival de Eurovisión, propuesta que se hizo formal el 16 de enero, cuando se presentó a Serrat ante los medios. De este modo Serrat aparecía como un artista emergente en España y gozó de una estupenda promoción a nivel nacional, así como internacional, costeada por Zafiro y TVE.
El gobierno español estaba poniendo mucho empeño en el festival ese año. De hecho, Manuel Fraga Iribarne tenía sumo interés en que ganáramos, ya que eso significaba traer a España un prestigioso evento internacional que era un gran escaparate para enseñar al mundo la realidad turística del país. Fraga estaba obsesionado en cristalizar las campañas propagandísticas del régimen y en promocionar el turismo, y celebrar el festival era una gran puerta para ello.
Cuando se le presentó la canción a Serrat, éste escribió la letra en catalán, pues según él mismo no conseguía encontrar una letra adecuada en castellano. Este hecho hizo que días antes a finalizar el plazo, Ramón Arcusa, uno de los componentes del Dúo Dinámico, tuviera que escribir la letra en castellano. Una vez escrita fue cuando se presentó a TVE y cuando se decidió el intérprete dela canción.
Desde un primer momento, Serrat no estuvo muy de acuerdo con su candidatura. Primero acusó a la canción de ser floja y descaradamente comercial, por lo que presentó a Arthur Kaps, jefe de contratación de TVE, una nueva canción titulada El titiritero, pero éste la rechazó. Posteriormente plantearía cantar el tema en catalán, pero también se rechazó.
El 8 de marzo se presentó el tema escogido al público español, y fue a partir de ahí cuando se inició una gran gira nacional y europea. Para la promoción en Europa, el tema se grabó en varios idiomas más (catalán, inglés, francés, portugués italiano). Desde este momento comenzaba a desmarcarse Serrat en las apuestas, partiendo como favorito junto a Cliff Richard. Esto coincide también con que Arthur Kaps empezó a establecer algunos contactos con jurados europeos para favorecer la cesión de puntos a España.
El rechazo de Serrat
El 25 de marzo, a doce días de la celebración de la final del certamen, estalló lo que se conoce como “La Bomba Serrat”. Joan Manuel Serrat, que se encontraba en París promocionando el single, declaró que no podía representar a España en Eurovisión si TVE no le permitía hacerlo en catalán. TVE recibió la siguiente carta del cantante:
El pasado mes de enero fui designado por TVE para representarla en el festival de Eurovisión que se ha de celebrar en Londres el próximo mes de abril. Esto fue para mí un orgullo y al mismo tiempo una responsabilidad porque sabía que los ojos y parte de las pequeñas ilusiones de millones de españoles estarían fijos en mí. Fue seleccionada, posteriormente, la canción “La, la, la” de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa que, en contra de todas las opiniones, en su mayoría poco fundamentadas, considero muy adecuada para el tipo de festival al que va destinada.
Empezó a partir de este día una verdadera promoción de la canción y mía, naturalmente, por toda Europa y esto me alejó del país para llevarme de ciudad en ciudad y de plató en plató. Este alejamiento físico, unido a mi bisoñez y el exceso de trabajo, me impedían juzgar las cosas con claridad. Me faltaba también el contacto diario con la gente, con el hombre de a pie que nos mira de lejos y nos sigue muy de cerca. Siempre me atormentaba una preocupación, una inquietud que seguramente romperé de una vez con esta carta. Yo soy y continúo siendo, por encima de todo, un cantante catalán y en esta lengua me he expresado para cantar durante cuatro años.
Cuando fui designado para representar a TVE en Londres se me conocía por mis canciones en catalán. ¿Por qué, entonces, no cantar en Londres en catalán cuando ya estaba preparada la versión catalana del “La, la, la”?
El argumento de la lengua oficial no me parece lo suficiente válido como para anular la pregunta.
Un día, no hace mucho, volví al país. Llegué a casa y hablé con la gente de mi calle y me di cuenta que esta gente sencilla y sin retorcimientos de ninguna clase, se preguntaba lo mismo que yo: ¿Por qué no…?
Un hombre ha de ser fiel a sí mismo y a la gente que le es fiel. Por estas dos razones me he permitido enviar una carta al director general de Radiodifusión y Televisión rogándole que comprenda mis argumentos y me autorice a cantar en Londres en catalán o que, en caso de que esto no fuera posible, acepte mi renuncia irrevocable.
Querría que en esta carta abierta quedara reflejada toda la buena voluntad que me guía a tomar esta decisión y que toda la gente de habla castellana, estoy seguro de esto, comprenderá mis motivos, como pública y reiteradamente ya lo he expresado a través de la prensa.
Al mismo tiempo quiero dar las gracias a todos quienes, desde antes del día en que por primera vez salí a un escenario hasta hoy, me han alentado, me han tendido la mano e incluso a aquellos que me han criticado, porque todos, a la postre, me han ayudado. Muchas gracias.
Por su parte, TVE, para la que no era una sorpresa lo que Serrat exigía para su participación, respondió a las pocas de recibir el comunicado con un comunicado en el Telediario del Mediodía. Su respuesta fue la siguiente:
Hay que destacar que, en este sentido, no se hace el menor asomo de discriminación y que se actúa con el mayor respeto hacia una lengua que forma parte del patrimonio cultural de nuestra patria, con el deseo de cultivar y enriquecer este patrimonio. TVE transmite un programa quincenal en catalán en el que se interpretan obras de teatro, poesía, canciones, etcétera. Televisión Española considera que esta decisión del cantante señor Serrat es incorrecta e inadmisible y que pretende dar un sentido político a la participación de TVE en el Festival de Eurovisión. Por eso ha tomado la resolución de retirar su nombre como intérprete de la canción española en este festival, reservándose todos los derechos legales que correspondan por los perjuicios causados por incumplimiento de su compromiso, por parte del Señor Serrat.
El problema con Serrat levantó un grave problema, no sólo en Cataluña, sino también en el País Vasco. Los diferentes periódicos nacionales recogieron titulares y noticias que hacían hincapié en los nacionalismos. Un titular que resume lo ocurrido podría ser el que el periódico Solidaridad Nacional, el día 26 de marzo, publicó: “Serrat se niega a cantar en su lengua materna. Cataluña y Euskadi, al poner en juego su folclore, su lengua y tradiciones lo hicieron de manera sucia, porque detrás de todas cosas se escondía un odio a España”.
Tras toda la polémica, Serrat decidió marcharse a París, y al poco tiempo a Palma de Mallorca, donde se mantuvo oculto y con un guardaespaldas. La decisión del catalán y todo el conflicto le llevó a sufrir un fuerte castigo por parte del gobierno y de TVE, pues hasta 1974 permaneció vetado. Cuando volvió a televisión, en 1977 concedió una entrevista donde se le pregunto por su paso por Eurovisión, y en ella dijo lo siguiente:
TVE no sólo aceptó mi dimisión, sino que me vi sometido a muchos ataques, prohibiciones y represiones que jamás esperé. Tuvieron que pasar años para que los periódicos y las emisoras de radio me nombraran, y más aún en las televisiones. De hecho, en un partido amistoso entre los veteranos del Real Madrid y el Barcelona, cuando TVE hizo la visión de los jugadores, se saltaron del delantero centro, que era yo, por lo que el Barcelona jugaba con 10, frente a los 11 jugadores del Madrid.
[…] Hubo muchas conversaciones, pero viendo que aquello no se resolvía, decidí presentar mi renuncia. A pesar de ello, el fallo fue del gobierno franquista, pues podrían haber hecho una jugada política excelente por su parte ya que la cultura catalana estaba con unas represiones tan fuertes, que las únicas oportunidades de que España supiera lo que estaba pasando en Cataluña, debido a la segregación de las comunicaciones, era mi actitud.
La búsqueda del sustituto: Massiel
Con la renuncia de Serrat, España se quedaba sin representante, por lo que hubo que buscar rápidamente un artista que nos representara. Entre los posibles candidatos estaban los propios compositores de la canción, el Dúo Dinámico, y el grupo Cristina y Los Stop, que habían hecho una versión del tema. El problema radica en que no pertenecían a la discográfica de Serrat, Zafiro, casa musical que había invertido mucho en la promoción de Serrat, por lo que pedía que se eligiera un artista de su sello discográfico.
Se barajaron entonces varios nombres. Se le propuso a la “niña prodigio”, a Marisol, pero renunció porque el certamen estaba muy cerca. También se le propuso a Manolo Escobar, ofreciéndole una amplia cantidad de dinero y asegurándole que quedaría entre los tres primeros puestos, pero éste rechazó porque el certamen era muy pronto. Estaba el nombre de Carmen Sevilla entre los posibles candidatos, pero tampoco fue la escogida. Se presentó la propuesta de Salomé, quien guardaba tremendas simpatías con Fraga y quien había triunfado en otros festivales como el de la Canción del Mediterráneo, el de Checoslovaquia o el festival de Sopot en Polonia. A pesar de ello, Franco se negó a que acudiera Salomé, y la misma intérprete reconoce lo siguiente: “El año que no fue Serrat me propusieron, a mí no me dijeron nada, yo me enteré con el tiempo, para que fuera yo, pero entonces, el tío Paco dijo que no, que con un catalán habían tenido bastante, y no fui”.
Finalmente se eligió a una artista que se encontraba en México de gira, Massiel. La elección de Massiel fue cara, ya que se tuvo que pagar las indemnizaciones que estaban estipuladas en los contratos que Massiel tenía en México, lo que nos demuestra una vez más el interés que existía aquel año en el concurso. El 28 de marzo, Massiel comenzó la grabación de la nueva versión del La, la, la, y una vez grabada, TVE, presionada por el Ministerio de Turismo, se lanzó a Europa para promocionar a Massiel. La promoción que se estaba dando era llevar la canción a todas las emisores europeas, simpatizar con los presidentes de los jurados y hacer una publicidad de “boca a boca” (así lo afirma el periodista Federico Volpini).
El camino de Massiel a Eurovisión y la victoria en el concurso
Desde la llegada a Londres, la delegación española comenzó a tener problemas. En primer lugar, la BBC se negaba a cambiar a Serrat de los carteles, los rótulos y de los programas informativos, aunque gracias a Arthur Kaps solucionó el conflicto. Esto fue interpretado por una jugada sucia de Reino Unido ya que la canción británica y española parecían disputarse el premio. En segundo lugar, Joaquín Merino, en una entrevista en 1971, aseguraba que un grupo de exiliados en Francia pretendía raptar a Massiel para que no cantara el La, la, la en castellano, por lo que la delegación española contrató a un guardia jurado que garantizara la seguridad de la artista y la completa interpretación del tema sin ningún percance.
A pesar de todas las adversidades que el gobierno franquista y TVE se encontraron a su paso, finalmente la noche del 6 de abril, Massiel se alzó con la victoria con un total de 29 puntos. Situándose en segundo lugar se encontraba el tema inglés Congratulations, interpretado por Cliff Richard, quién consiguió 28 puntos.
Un hecho importante que cambia la trayectoria que había llevado España en sus siete participaciones es que se rompe la imagen de la “Marca España”, y así lo asegura Massiel en la siguiente declaración: “Yo rompí la imagen de la España de la bata de cola, pues tuve un vestido y una imagen vanguardia”
La polémica victoria de Massiel y España
Desde un primer momento la victoria de Massiel ha estado envuelta en polémica. Un hecho a destacar es que ni España votó a Reino Unido, ni viceversa, por lo que, siendo ambas favoritas, posiblemente fuera un hecho a conciencia.
Sin duda alguna, la cuestión que más rodea a la victoria española de 1968 es si realmente el triunfo de Massiel fue limpio o si recibió alguna ayuda por parte de la política imperante en la España del momento. La respuesta a esta cuestión no podemos tenerla con seguridad, pues no existen pruebas contundentes que nos den la respuesta, pero ello no indica que elaboramos nuestra propia teoría.
Las críticas más fuertes hacia la candidatura de Massiel provenían del Reino Unido fundamentalmente, aunque también de Francia. Ambos países hacían alusión a la puntuación que Alemania otorgó a España. Justo antes de la votación española, Reino Unido lideraba la tabla de votos con un total de 26 puntos, mientras España tenía 23 puntos. Alemania otorgó 6 puntos a España, lo que hizo que Massiel se pusiera en cabeza con 29 puntos. El último país en votar fue Yugoslavia, pero no otorgó ningún punto ni a Reino Unido ni a España, por lo que España se proclamó ganadora. Los británicos aseguran que la cantidad de puntos que España recibió de Alemania se debe a que en aquellos años se promovía el sistema PAL por Europa para las emisiones en color, y justo en ese momento, España tenía que decidir si se uía al sistema alemán PAL o al sistema SECAM, el francés. El hecho de que España se uniera al sistema PAL jugó un papel muy importante, según las declaraciones británicas, en las votaciones a España.
A pesar de las acusaciones, los medios ingleses nunca han hecho mención alguna a lo que ocurrió aquella noche. Tras proclamarse Massiel como ganadora, Sandie Shaw, ganadora del año anterior, le dio los premios al Dúo Dinámico como compositores, pero Massiel no recibió su premio. El premio del festival de Eurovisión de 1968 lo tenía el representante inglés en su camerino, y Massiel tuvo que recogerlo al día siguiente en las oficinas de la BBC.
De todos modos sí que es cierto que el gobierno franquista tenía una serie de intereses en ganar y celebrar el certamen. El Festival Eurovisión suponía una plataforma perfecta para demostrar a Europa y a otros países del mundo lo que España era realmente. Asimismo suponía uno de los caminos que tenía TVE para su normalización como una televisión más.
La victoria de Massiel supuso un triunfo español de forma internacional, un triunfo con el que exacerbar el patriotismo del español medio. Asimismo, fue una estrategia soterrada en la que se olvidó, por un tiempo, la desapercibida presencia española en el ámbito internacional. Aun así fue un triunfo que permitía vender los éxitos más allá de los Pirineos, así como vender los fracasos, que simultáneamente servían para aumentar el patriotismo español. La victoria significó promoción, propaganda y justificación a los hechos del gobierno, ocultando los prácticamente nulos éxitos internacionales.
Además, no debemos dejar a un lado la importante campaña de fomento del turismo. Como ya hemos citado, Manuel Fraga tenía un especial interés en poder vender la imagen de España para que aumentará así el turismo del país, un turismo que representaba uno de los pilares de la recuperación económica de España.
Por tanto, como vemos, no se sabe si la victoria fue comprada o no, porque perfectamente los votos podían haber sido comprado unos años antes con artistas que fueran más simpatizantes al régimen, como Raphael, considerado como el “ojo derecho” de Carmen Polo de Franco. Massiel era una mujer que públicamente se declaraba antifascista y antifranquista. Ella reconoce que nunca acudió ni al Calderón, ni al Pardo, ni a la Granja.
Por todo esto, parece que la posible fraudulenta victoria española se reduce a unas acusaciones que partieron de Reino Unido debito a que el representante inglés era uno de los favoritos, y debido también al panorama internacional, pues como hemos anunciado, el año 1968 fue especialmente delicado en las relaciones entre España y Reino Unido.
Tras la victoria, Massiel fue recibida en España como una auténtica heroína. Llegó a Madrid y se paseó en un SEAT 850, el coche de moda en el momento y del que es madrina, desde la Avenida de América hasta Prado del Rey. Aunque tuvo este buen recibimiento, pronto se truncaría su carrera debido a un gesto relacionado con el gobierno franquista.
Massiel pasó a ser un objeto codiciado por el régimen de Franco, que vio en ella la oportunidad de demostrar a Europa que España era moderna y abierta. Así ocurrió, pues Massiel se recorrió el continente representando a España y cantando su tema, e incluso el La, la, la se usó en el concurso de Miss de Alemania.
Debido a la victoria, se le concede a Massiel el Lazo de Isabel la católica como galardón especial, pero la artista se negó a ir a recogerlo de manos del Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne. Esta negación le llevó a sufrir un veto y una censura importante en el país, tal y como ya le pasó a Serrat. Le trajo duras consecuencias económicas y comerciales, pues no se le permitió aparecer en televisión hasta 10 meses después de ganar Eurovisión y posteriormente en el festival de 1969.
Siguen las críticas 40 años después
En el año 2008 se cumplieron cuarenta años de la victoria de Massiel en el Royal Albert Hall, y de nuevo surgieron controversias en torno al posible fraude de la victoria. En el documental 1968: yo viví el mayo español, emitido por La Sexta, José María Iñigo hizo unas declaraciones en las que narraba como el gobierno había hecho muchas maniobras para tratar de hacerse con los votos de muchos países y conseguir un cierto renombre en algo. Esto levantó revuelo en España y Reino Unido, por lo que el tema volvió a ser candente.
El tema estuvo presente en prensa nacional, portales electrónicos y en cadenas de televisión. Pudimos leer titulares como el que recogía La Vanguardia el 7 de mayo: “Cliff Richard exige a Massiel el triunfo en Eurovisión ‘68”. En Reino unido la noticia se publicó en 122 medios como en el Channel 4. Hubo titulares como “40 years on, Congratulations may be in order”, o “Spanish fascist leader General Franco rigged the vote”.
Massiel se defendió achacando que de lo que se trataba era de un juego sucio para fomentar la participación de España en Eurovisión en 2008. Además, los autores del tema, el Dúo Dinámico, decidieron mofarse de las acusaciones con la siguiente frase: “Los votos se compraron en el Corte Inglés”.
A toda esta controversia actual le tenemos que sumar las declaraciones de Alfonso Ussía. Ussía, aprovechando el panorama del momento, aseguraba que Juan José Rosón, Director General de TVE en 1968, le confesó en una comida en 1980 que el festival se había ganado en los despachos, que se necesitaba una victoria en un evento internacional y se sobornó a varios jurados. Este soborno se debió a la presión que Manuel Fraga hizo para tener el festival en casa, y de ahí, países que tenían una declarada hostilidad hacia España, votaron. Según Ussía, por tanto, Europa votó gracias al soborno español.
Por tanto vemos como la victoria española en el festival de Eurovisión de 1968 estuvo envuelta entre política y problemas desde la elección de Joan Manuel Serrat. Con la victoria de Massiel surgirían numerosas críticas por parte del Reino Unido, críticas que en 2008 volverían a aparecer y que giran en torno al interés que existía en el gobierno franquista.
Fuente: RTVE, OGAE, Telecinco, The Guardian, The Sun | Redacción: Juan Calandria, 06 de Abril de 2014