Con la victoria de Massiel en Londres, el gobierno español y TVE tuvieron que hacerse cargo de la organización del Festival de Eurovisión de 1969. El 29 de marzo en el Teatro Real de Madrid se celebró el certamen. Aunque tenemos que matizar que debido al poco espacio que tenía el Teatro Real de Madrid, se adjuntó una sala contigua para albergar a los periodistas.
La imagen y el diseño del concurso de 1969 fueron realizados por Salvador Dalí, que fue nombrado por Fraga de manera interna para diseñar toda la publicidad relacionada con el evento. Posiblemente su elección se debe a la simpatía que Dalí prestaba al régimen de Franco, una simpatía que le llevó a felicitar a Franco por “limpiar España de las fuerzas destructivas”. El eslogan utilizado era “La España diferente” (título que también tenía el vídeo que el Ministerio de Información y Turismo preparó para entretener a los asistentes mientras recontaban los votos, es decir, para el Interval Act) y fue decisión de los miembros del Opus Dei, no de Dalí, pues éste se encargó de toda la publicidad.
El festival estuvo presentado por la sevillana Laura Valenzuela, quién dio las buenas noches en el idioma oficial de cada país participante. Aunque la publicidad fue obra de Dalí, no fue así el diseño del escenario. La escena del Teatro Real fue diseñada por Bernardo Ballester. Sobre el escenario actuaron un total de 16 países, ya que Austria se retiró aquel año.
Sin lugar a duda, el Festival de la Canción de Eurovisión de 1969 es uno de los más recordados de las cincuenta y nueva ediciones celebrada ya que no hubo un ganador, sino que ganaron cuatro países. Reino Unido, Francia, Holanda y España empataron en la primera posición con 18 puntos, pero por aquel entonces no había una norma de desempate, por lo que cuatro fueron los países ganadores. Asimismo, también es recordado porque fue la primera vez que el país que organizaba el certamen ganaba por segundo año consecutivo (algo que pasará posteriormente con Israel e Irlanda) y por ser uno de los mejores festivales que se han organizado.
Durante los ensayos, de los dieciséis países candidatos varios eran los favoritos, como Holanda, Francia o España. Además, Portugal era también uno de los países que partía favorito; incluso Lulú, la representante inglesa, aseguraba la victoria de este país. Portugal estaba representada por Simone de Oliveira, quien repetía su experiencia en Eurovisión, pero tuvo que conformarse con la décimo segunda posición. Por otro lado, Italia era también otra de las favoritas según la prensa. Italia estaba representada por Iva Zanichi, considerada como alguien “sensacional”. A pesar de ello, al igual que la portuguesa, Italia quedó situada en la décimo primera posición.
También es recordado el festival de 1969 porque la celebración de Eurovisión en Madrid sufrió un boicot por parte de los países europeos. Uno de los países que mostró su disconformidad fue Austria. La forma de boicot que Austria tomó fue no acudir ese año al festival, pues no quería mandar a su delegación a España por estar gobernada por Franco. Según el escritor inglés John Kennedy O’Connor, Austria decidió boicotear el festival con su retirada porque tenía un sentimiento de culpa al haberle otorgado dos puntos a España en el certamen anterior, unos dos puntos que fueron los que le dieron el triunfo ya que solo hubo un punto de diferencia con Reino Unido. Además ese boicot no acabó ahí, pues si ganaba Portugal, y Austria aseguró que no iría a porque estaba bajo el régimen de Salazar.
Austria no fue el único país en querer boicotear a España, pues por parte de la SVT también hubo un intento de boicot. En este caso no se trató de que el país no fuera a participar, sino que el locutor Pekka Langer decidió dimitir de su puesto porque se negaba a acudir a un país bajo un régimen como el de Franco. De hecho, más de 1500 personas se manifestaron delante de la embajada española en Suecia debido al Estado de excepción de España. Además, numerosos artistas se sumaron a esta propuesta y se negaron a participar en el Melodifestivalen, programa por el que Suecia elige a su representante para Eurovisión.
Junto a Suecia, otros países exigieron al gobierno español la liberación de los presos políticos, y si no se hacía efectivo, estos países no acudirían a España. Por ello, el gobierno decidió levantar el estado de excepción el 21 de marzo (estaba vigente desde el 24 de enero por las revueltas estudiantiles) para todos aquellos presos que no tuvieran delitos de sangre. Esto volvía a dar una imagen “normalizada” de España. Este es un hecho que está más que constatado ya que tanto la presentadora de aquel evento, Laura Valenzuela, como Salomé o Massiel lo han corroborado.
Otro de los intentos de boicot fue una amenaza de bomba. El festival de 1969 vivió grandes controles de seguridad durante los días de su celebración. Es habitual que se viva esta seguridad, pero ese año se recrudecieron, y así lo aseguró la misma Laura Valenzuela.
Además fue un festival que vivió la censura en varios aspectos. En primer lugar, al representante sueco se le obligó a cortarse el pelo porque lo tenía demasiado largo para actuar en el Teatro Real de Madrid, pues el recinto estaba lleno de gerifaltes del régimen. En segundo lugar, la canción portuguesa llevaba como título Desfolhada, pero ante las posibles confusiones que pudiera ocasionar su título, se decidió presentarla bajo el nombre de “Deshojada”, y así apareció en los rótulos de la televisión.
El último caso fue el del vestido de la presentadora, Laura Valenzuela. Valenzuela usó un vestido de encajes, pero por temor a que pudiera verse algo, el censor del Ministerio de Información y Turismo le obligó a utilizar un forro bajo el vestido. No fue la única imposición que se le hizo a Laura Valenzuela, pues tenemos que destacar que se le impuso, por una orden desde arriba, el presentar el certamen, y que por la presentación no iba a cobrar nada.
El festival de 1969 fue en el que la imagen de España jugó más peso. Desde el gobierno y TVE no se quiso dar una imagen de país encasillado en una dictadura, por lo que el régimen se encargó de agasajar a todas las delegaciones de los diferentes países, así como a los diferentes periodistas. Se ofrecieron viajes por las provincias cercanas a Madrid, diferentes celebraciones, habitaciones de primera clase en los hoteles, pequeños pero valiosos regalos que los entregó Massiel, etc.
Todo esto supuso un gran esfuerzo para el gobierno franquista y TVE que rondaba los 100 millones de pesetas de la época, aunque realizaron uno de los mayores festivales de todos los tiempos según la prensa especializada, los cantantes participantes y los presentes en el recinto del Teatro Real.
Fuente: Eurovisión Planet | Redacción: Juan Calandria